Germán Rubiano Caballero

GermanRubianoCaballeroPor fortuna Cecilia Ordóñez no tiene nada que ver con Ai Weiwei, el chino que se hizo famoso al dejar caer exprofeso, en su estudio y ante un fotógrafo, una urna de 2000 años de antigüedad de la dinastía Han en 1995. Previamente había pintado el logotipo de Coca-Cola sobre otra urna poco común de la misma dinastía. Como es obvio el célebre chino dice que está influido por Duchamp-Oh Duchamp! Dicen todos los tontos Post-Modernos -.

Desde hace mucho tiempo he seguido los pasos de Cecilia Ordóñez. Sus estudios en la Universidad Nacional de Bogotá, en Paris, en Iowa; su docencia también en la Nacional, sus premios, sus exposiciones –La primera individual fue en 1971-. Su curriculum se nota. Su producción ha tenido un recorrido coherente y las numerosas obras que ha hecho demuestran la seriedad de su trabajo, su progreso y sus constantes búsquedas.

Cecilia Ordóñez no es una artista cualquiera, es, como los grandes, una artesana – los verdaderos artistas tienen que ser artesanos-, una investigadora de todos los días, una creadora de alto vuelo.

Como muchos sabrán, la cerámica- barro, arcilla, porcelana – tiene una existencia milenaria. Nació en Oriente y por eso en China y Japón siguen sobresaliendo en el uso de este material.  Con el tiempo llegó a muchas partes del mundo, incluyendo precolombia. Consolidada como un elemento para hacer objetos utilitarios, la cerámica también comenzó a emplearse para obras artísticas y pronto algunos escultores la aprovecharon para sus trabajos tridimensionales. En la amplia exhibición “Doscientos años de escultura Norteamericana” llevada a cabo en 1976 en el museo Whitney de New York para conmemorar los doscientos años de la independencia de Estados Unidos se presentaron tres escultores que se han distinguido por sus trabajos en cerámica: Peter Voulkos, John Mason y Kenneth Price. Aunque Cecilia Ordoñez ha hecho y hace cerámica utilitaria, su obra, desde prácticamente el comienzo, tiene toda la condición de la escultura: de acuerdo con Werner Hofmann se “sitúa entre la arquitectura y la pintura…. Comparte con la arquitectura la existencia en el espacio, mientras que en el relieve se aproxima al ficticio mundo de la pintura”.

Esta muestra en la Galería Alonso Restrepo lo ratifica. Inspirada como siempre en el mundo físico- la artista ha escrito: “Construyo mi verdad sobre la apariencia, veo el mundo con ojo soñador, obligándolo a lo insólito, para que de esta irrealidad, surjan paisajes, espacios, curvas, texturas” – La exhibición está constituida por numerosas piezas en su mayoría porcelanas. Con gran imaginación Cecilia Ordoñez elabora desde el conjunto denominado “Polo norte”, hecho de ‘nieve’ translucida con formas muy diversas y extrañas, hasta varios “Bichos inventados”, igualmente de aspecto inusitado y muchos objetos (obras de arte o trabajos utilitarios) en los que la artista demuestra su conocimiento de la porcelana, mezclada con manganeso y cobalto y de la porcelana de colores, elaborada con pigmentos u óxidos – denominada ‘Neriage’-. En verdad una exposición muy bella a la que no está invitado Weiwei.

Germán Rubiano Caballero
Profesor Honorario
Universidad Nacional de Colombia